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domingo, marzo 12, 2006 

Una retorcida concepción popular de la política

Ayer caminaba por calle San Antonio, iba camino a casa, eran las 13:00 aproximadamente y estaba en boca de todos el tema del cambio de mando.

De pronto, en una esquina me detengo a esperar a que me den luz verde y evitar a los honorables conductores de Santiago, y escucho un trío de hombres como se dice "arreglando el mundo".

- "Mira, yo, no estoy ni ahí con la política güeón..." (sentencia uno con cara de sabiduría) "... pues sea quien sea el que esté gobernando, ¡yo tengo que trabajar igual!"
- (los demás) "¡Sí!, ¡esto es una mierda!"

A lo que yo me permito decir: ¿Y que cresta esperan? ¿Que los políticos corran serviles y emborrachados de prestancia a tomarles del antebrazo con sumisión y les digan :"Don Pepe, por aquí por favor, el país para usted"?

Me pregunto cuanta gente más tiene una visión de ese estilo... es decir, que la política no sirve pues su "tener que trabajar" es invariante a ella.

Mi padre y mucha de la gente que trabajaba con él son otros más de los que creen en esa "idea", a lo que mi hermano le espeta: "¿Y de donde sacaí un país de Bilz y Pap en que no se trabaje?". Como el mismo Taita decía: "Por eso este país culiao no surge".

Hmmmmmmmm...

No estoy seguro de en qué sentido estos señores dicen "igual tengo que trabajar". Pero escupiré al aire.

Se me hace que los "world-fixers" alegaban por frustración. Frustración porque los tipos tienen que trabajar igual pero con los siguientes "beneficios":

-No tener un sueldo decente.
-Soportar a un jefe abusador.
-No tener la certeza de no va a llegar un maleante a robarles o matarlos a ellos o a sus familias.
-No tener confianza en "las instituciones" porque generalmente funcionan mal, provocando dolores de cabeza y a veces quebrantos.

Tal vez por eso alegan.

Ahora, si me equivoqué y esos tipos efectivamente no quieren trabajar, te aviso altiro Raúl que te topaste con un caso marginal: El de un trío de giles levantados de raja y flojos como ellos solos.


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